jueves, 3 de mayo de 2012

Reflexión personal sobre el periodo de prácticas

La verdad es que antes de iniciar mi periodo de prácticas, los nervios y las dudas me asaltaban: ¿Sería capaz de llevar a cabo todo lo que había aprendido durante estos años de carrera? Ya tenía la experiencia del Prácticum I pero sabía que en esta ocasión iba a ser diferente. Debía participar de una forma mucho más activa, planificando actividades, llevando el ritmo de la clase, etc.

Pero el primer día, mis dudas comenzaron a calmarse. Margarita, una mujer muy amable y cercana me recibió, ella sería mi tutora. En seguida entablamos conversaciones. Ella se interesó por saber cómo me iba en la carrera, por qué la había escogido, si había trabajado con niños, etc. Nuestras charlas eran diarias. Me habló del día a día del aula, la forma que tenía ella de trabajar, qué tipo de intervención podía realizar yo, etc. Se puso a mi disposición para aclarar y responder cualquier tipo de cuestión. Ella me comentó que no quería darme ninguna visión acerca de los niños-as para evitar prejuicios. Y por fin conocí a esos pequeños-as, me enseñaron tanto...

Un grupo de 24 niños-as, que el primer día me miraban de arriba abajo. Yo era una “seño” más. Día a día, fui descubriendo las características de cada uno de ellos, sus puntos fuertes y débiles, etc. Margarita me contó algunas de las situaciones familiares de algunos de los alumnos-as que influían notablemente por ejemplo en sus comportamientos, en el rendimiento, etc.
Los primeros días, los niños-as me interrumpían, algunos-as no me hacían caso cuando les mandaba hacer algo, etc. Esta situación me desbordaba un poco. No sabía cómo hacer para controlar los momentos en que me enfrentaba sola a la clase. Poco a poco adquirí experiencia. Desde el primer momento Margarita me dio la confianza suficiente para regañar los malos comportamientos. Fue ella quien me dijo que no sintiera miedo a la hora de reprimir e incluso castigar a los alumnos-as.

Creo que en ese sentido respondí rápidamente a los consejos, pues si no, me hubiera resultado imposible desarrollar satisfactoriamente mis intervenciones.
Margarita observaba atentamente mis acciones, lo que para nada me cohibía. Me resultaba un gran apoyo sentirla cerca, aunque no dijera nada. Me parecía que sabía tanto... Al final del día solía preguntarla qué la había parecido la actividad del día, mi actitud ante la clase, etc. Valoraba muchísimo mi esfuerzo, siempre me decía que lo que más la gustaba era mi capacidad de iniciativa, “no hay que decirte nada para que trabajes”. Esta frase me resultaba tan obvia... Para mí era un placer hacerlo.

La verdad es que enfrentándote a una clase es donde más aprendes. Hay momentos en los que tienes que improvisar y en menos de 5 minutos preparar actividades para toda la mañana. Esto me ocurrió en alguna ocasión cuando me encargué de la clase por que mi profesora se tuvo que ausentar por enfermedad, el director me dio la opción de abordar la clase junto a una profesora sustituta pero quería enfrentarme sola a la situación de estar ante 22 niños, el director me vio con la suficiente capacidad para desarrollar la clase yo sola. Iba a estar sola toda la mañana. Sinceramente la primera sensación que tuve fue un vuelco en el estómago y una pregunta: ¿Qué hago? Tuve que reaccionar rápido pues los niños-as entraban a clase en 5 minutos. Al final del día me sentí tan realizada, tan bien... Fue una sensación magnífica.

Ha sido mucho lo aprendido pero creo que lo que más me ha calado ha sido la profesionalidad de muchas de las personas que conocí en el centro. Sabía que la profesión de maestro es uno de los oficios más humanos, pero sólo son los buenos profesionales los que saben transmitirnos el verdadero sentido de ser maestro de Educación Infantil, abrir horizontes a los más pequeños, educándolos, en sus inicios, para la vida.





1 comentario:

  1. Bea estoy muy de acuerdo contigo con la frase de que al enfrentarte a la clase es cuando más aprendes. La verdad es que en esta profesión que hemos escogido no se puede dar nada por sabida ya que cada día aprenderás algo nuevo. Me parece una reflexión personal muy completa que engloba todos los sentimientos que tuviste en el periodo de prácticas

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